Tomb Raider III ha vuelto, con un argumento plagado de meteoros, un viaje de exploracion emprendido hace siglos, el diario de un marino muerto y cuatro obras de arte tremendamente poderosas. Hace muchos muchos muchoooosss años (allá por el 1.000 a.C.) un meteorito cayó sobre la Antártida, separando un pedazo de tierra y creando en él, un microclima con flora y fauna no propicia del lugar. A este "oasis" volcánico creado entre las blancas laderas de frío antártico llegaron indígenas polinesios a colonizarlo, construyendo en el interior del volcán inactivo dejado por el meteoro, un extraño artefacto con propiedades magnéticas que mantenían al meteorito suspendido en el aire, dicho artefacto lo mantenían funcionando cuatro piedras infadas, colocadas en ranuras situadas en el corazón de la "roca caída del cielo".
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